
Hace unos meses nuestra vida cambió. Aficionadas desde hace años al mundo camping quisimos dar un paso más en nuestra experiencia campista y empezamos a barajar la posibilidad de dejar atrás la tienda de campaña y hacernos con una caravana. Así llegó La Luleta a nuestras vidas.
Nuestra principal motivación era poder alargar la temporada campista y no morir de frío en el intento. Al igual que para el común de los mortales nuestro tiempo libre es limitado y poder escaparte de la rutina un fin de semana dando igual el tiempo que haga era nuestro objetivo.
Como novatas en el asunto empezamos a barajar las diferentes posibilidades para dejar la tienda de campaña atrás ¿furgoneta, caravana, autocaravana, mini caravana? Nuestro sentido de la practicidad hizo que al final nos decidieramos por una caravana.
Somos asturianas, necesitamos estar bien equipadas contra la lluvia y el frío. Eso nos hizo descartar las mini caravanas, ya que la cocina suele estar en la parte posterior y eso implica tener que salir fuera para poder cocinar. Otra de las bases es poder estar dentro de pie y con cierto desahogo, sin tener que subirle la altura al techo. Tener un baño. Un precio asequible y poder tener independencia para movernos una vez estacionadas en un camping sin tener que montarlo y desmontarlo todo. Por este último motivo descartamos la idea de furgoneta o autocaravana, además de por el precio.
Una vez decidido que lo que necesitamos es una caravana empezamos a perfilar las características que nos interesan. Peso de menos de 750 kg, somos dos no necesitamos grandes espacios. Como novatas en llevar remolque nos asustaba el hecho de tener que arrastrar algo muy grande. Esto sumado a que nuestro coche tiene unos años y ciertas limitaciones nos llevó a decidirnos por caravanas de menos de 750kg, que a su vez no necesitan pasar ITV.
La limitación en el precio nos hizo empezar a buscar caravanas de segunda mano. Empezamos a aprender acerca de modelos y características y lo que encontrábamos no nos terminaba de convencer: muy grande, muy viejo, muy caro. En Asturias no hay mucha oferta de caravanas pequeñas, las autocaravanas están de moda y acaparan todo el mercado. Seguimos buscando y dimos con nuestro modelo ideal: La Bambina.
Nuestra caravana soñada es de origen polaco y se llama Niewiadow, aunque en otros países de Europa se comercializa con otros nombres: La Bohème, Sawa, Poksi, Poletta, Enka y Bambina (en España).
La caravana Niewiadow fue una revolución en Polonia en los años 70. Su modelo más famoso el N-126 se empezó a fabricar en 1973 y se comercializó como el complemento perfecto para el Fiat 126p. La caravana permitió a los polacos experimentar la sensación de independencia de explorar su país y el mundo a un precio razonable y asequible

Fiat 126p y Niewiadaow N-126
El fabricante comenzó a exportar sus caravanas al resto de Europa en 1974. En los últimos años la empresa ha vuelto a renacer después de pasar tiempos difíciles. El único fabricante polaco de caravanas durante décadas estaba en bancarrota, hasta que la empresa se vendió. En Septiembre de 2013 se formó una nueva empresa: la planta de producción de remolques “Niewiadow”.
Fabricada en fibra de vidrio monocasco hace que esté aislada completamente de humedades.
Una vez con el modelo en mente comenzamos a buscar más seriamente y lo que encontramos fue o nada o un desastre. Caravanas de segunda mano a un precio muy alto que tenían que ser reformadas completamente o inexistencia de caravanas Bambina en el mercado de segunda mano.
Era septiembre de 2019 y teníamos programado un viaje a Zaragoza. Dimos con un sitio en Pamplona que nos pillaba de camino y vende caravanas Niewiadow nuevas. Estábamos buscando caravana, pero la opción de comprarla nueva de paquete no entraba en nuestros planes, ni siquiera el hecho de comprarla en ese momento. Habíamos decidido dejar la inversión para primavera de 2020 cuando empezase el buen tiempo. Queríamos ver una caravana nueva en vivo y en directo para hacernos una idea de cómo podía ser, con sus espacios y sus características.

La Luleta
La vimos y nos enamoramos de ella al instante, no hubo duda. Estábamos de paso en Pamplona era en ese momento o nunca. Después de darle varias vueltas, la diferencia de precio nueva en comparación con algunas de las que habíamos visto completamente destrozadas de segunda mano era mínima y esta estaba nuevecita y lista para estrenar. Así que dimos la señal y nos volvimos a Asturias. Ya no había vuelta atrás, La Luleta había entrado en nuestras vidas.
No fue hasta Noviembre cuando pudimos ir a recogerla y allí comenzó nuestra aventura estrenándola recién puesta, novatas nosotras en caravanas y remolques, bajo la nieve y una ciclogénesis explosiva.
El 2020 iba a ser nuestro año para disfrutarla pero a veces el destino te sorprende para bien y para mal. Hay que decir que día de hoy estamos agradecidas de haberla cogido en caliente antes de lo esperado y de poder haberla disfrutado en alguna salida antes de que el confinamiento por coronavirus nos haya obligado a ponerla en stand by. La Luleta es nuestra y nos está esperando y eso también nos crea esperanza e ilusión para que todo esto se termine cuanto antes y podamos disfrutarla cuanto antes.