
En Septiembre de 2017 las Lus hacen las maletas y ponen rumbo a Lituania y a Letonia. 12 días por Lituania y Letonia dan para mucho y como no es lo mismo contarlo que vivirlo, os proponemos que nos acompañéis por nuestro viaje entre Lituania y Letonia, para que os hagáis una idea y participéis de las aventuras y desventuras de las Lus.
Empezamos y acabamos el viaje en Vilnius, donde alquilamos un coche para movernos por los demás lugares. La idea era visitar las principales ciudades y algún que otro pueblo con encanto. Esta es nuestra experiencia que quizás os puede ser de utilidad a la hora de planificar vuestro viaje.
Ruta 12 días por Lituania y Letonia
- Vilnius
- Vilnius
- Vilnius – Kaunas
- Kaunas -Sigulda
- Sigulda- Castillo Turaida – Riga
- Riga
- Riga – Šiauliai
- Šiauliai – Colina de las cruces – Palanga
- Palanga- Klaipeda
- Klaipeda
- Klaipeda – Castillo Trakai – Vilnius
- Vilnius
1. Vilnius
Nuestro viaje comienza en un Alsa nocturno camino de Madrid. El vuelo de Ryanair sale a las 7.15 y llegamos a Vilnius a las 12.15 hora local (+1). Preguntamos en el punto de información del aeropuerto dónde se cogía el bus a la estación de tren y por dos euros pusimos rumbo a la primera aventura. Quién nos iba a decir, que en esa plaza de la estación de tren viviríamos nuestra peor historia de poligonera un par de días más tarde, recogiendo nuestro coche destartalado de alquiler, pero esta es otra historia que será contada a su debido tiempo.

Estación de tren de Vilnius
En la plaza de la estación de tren cogimos un trollebus (autobús de tracción eléctrica que funciona sin raíles) y en nada llegamos al hotel, en la calle Vilniaus Gatve.

Trollebus Vilnius
Una vez acomodadas salimos a buscar hambrientas y desesperadas un lugar donde llenar el buche. Llenar el buche quiere decir: quiero comer aquí, ahora y ya. Continuamos por la calle de nuestro hotel, hasta que encontramos un Hesburger (el McDonals finés) y ahí nos quedamos comiendo un menú completo por 3,95 € .
El resto del día lo dedicamos a visitar los principales lugares de interés de la ciudad.

Calles empedradas Vilnius
2. Vilnius
Segundo día recorriendo las calles empedradas de esta ciudad barroca, esta vez mediante un free tour que comenzamos a las 12:00 en el Ayuntamiento, Vilniaus Rotušė. Gracias al tour empezamos a comprender un poco mejor el país donde nos encontrábamos, su cultura y su historia.

Ayuntamiento de Vilniu
3. Vilnius – Kaunas
Tras visitar la torre de Gediminas y un último paseo por Vilnius pusimos rumbo a la estación de tren, punto de recogida del coche de alquiler. Después de mucho buscar descubrimos que Green Motion no tenía sede física en la estación, hecho del que nadie nos había avisado. Ahí se produjo nuestro primer mal momento del viaje.
Una vez con coche nos pusimos rumbo a Kaunas y descubrimos por primera vez la monotonía de la conducción en Lituania, un país donde no existen las montañas. Llegamos a Kaunas con el tiempo suficiente para recorrerla casi entera a pie en una tarde.

Calle Principal de Kaunas
4. Kaunas – Sigulda
Tras un paseo por la parte de la ciudad que nos quedaba por ver y una pequeña visita al Akropolis, nuestro primer centro comercial con pista de hielo pusimos rumbo a Sigulda. Llegamos ya a oscuras y con gana de descansar, así que tras buscar algo que estuviese abierto un sábado por la noche, encontramos únicamente un Cili Pizza, que cerraba a las 22:00 en un centro comercial cercano. Llegamos a las 21:45 y con hambre así que pedimos lo primero que vimos, resultó ser una pizza de 50cm de diámetro difícilmente transportable hasta el coche.
5. Sigulda – Castillo de Turaida – Riga
Dedicamos la mañana a visitar el castillo medieval de Sigulda, el castillo de Turaida y la cueva de Gutmana. Tuvimos la oportunidad de cumplir uno de los sueños de la otra Lu, montar en bobsleigh y con la sonrisa puesta pusimos rumbo a Riga, donde tendríamos nuestra segunda mala experiencia.
Una vez hecho el check-in en el hotel, aparcamos nuestro coche en un aparcamiento al aire libre a razón de 15 euros por día. El parking a cinco minutos del hotel fue nuestra mejor opción, aunque estoy segura que si nos hubiésemos informado más habríamos encontrado algo más económico.

Castillo medieval Sigulda
6. Riga
Pese a la lluvia y el mal tiempo, plantamos cara a las inclemencias meteorológicas para realizar a las 12:00 un free tour por la ciudad. El tour resultó ser un paseo alternativo por el barrio de Moscú que prometía llevarnos a visitar los edificios más emblemáticos del art-noveau de la ciudad. Nada más lejos de la realidad, tras pasar dos horas bajo la lluvia no vimos nada más que el mercado central y la información que nos dieron podía haberla contado bajo techo al calor de una taza de té.
El resto del día lo pasamos completamente empapadas y visitando la ciudad bajo las inclemencias meteorológicas.

Calle de Riga
7. Riga – Siauliai
Pese al mal sabor de boca que nos estaba dejando la ciudad debido al mal tiempo, la mala suerte en el hotel y el tour del día anterior, decidimos darle otra oportunidad y a las 11:00 hicimos otro free Tour, esta vez sin lluvia y por el barrio viejo por lo que pudimos recobrar un poco la ilusión por la ciudad. Después de comer pusimos rumbo a Šiauliai, donde llegamos a tiempo de dar un paseo por el centro.
8. Siauliai – Colina de las cruces – Palanga
Tras dar un paseo por las inmediaciones del lago Talsa, pusimos rumbo a la colina de las cruces y a Palanga, donde descubrimos un pequeño Salou lituano fuera de temporada.

Lago Talsa
9. Palanga – Klaipeda
Tras un paseo mañanero por la playa de Palanga pusimos rumbo a Klaipeda para descubrir que aunque solo las separan 25km el tiempo puede pasar de un día soleado al diluvio universal.
Como el tiempo no acompañaba y todavía era temprano para entrar en el hotel decidimos ir a buscar una pista de patinaje sobre hielo en el centro comercial Akropolis donde pasamos unas cuantas horas entre patinar, comer y ver una clase de patinaje artístico. Una vez instaladas en el hotel, nos acercamos a la oficina de turismo a buscar información sobre el istmo de Curtlandia y consejos para visitar la ciudad.
10 . Klaipeda – Itsmo de Curtlandia
Para nosotras el Itsmo fue una de las mejores visitas del viaje (bobsleigh aparte). Es una zona de tierra muy estrecha donde únicamente existe una carretera que la recorre, por lo que pudimos visitar la parte lituana durante el día sin problema.
11. Klaipeda – Castillo de Trakai – Vilnius
Sin más que hacer en Klaipeda, nada más levantarnos pusimos rumbo a Trakai, para visitar el castillo del que tanto habíamos oído hablar.

Castillo de Trakai
A veces cuando llevas muchas expectativas sobre algo te suele decepcionar, que es exactamente lo que nos pasó con este castillo. Pagamos 7 € de entrada por contemplar una recreación, al más puro estilo Disney, del castillo que un día fue. Con acceso a muy pocas salas y un circuito cerrado, perfectamente señalizado, donde más parecía que estabas recorriendo Ikea que un castillo medieval. Alrededor del lago hay muchos puntos donde es posible alquilar pequeñas barcas, barcas a pedales, veleros, yates, etc, y poder dar una vuelta por el lago Galve . Así que para quitarnos el mal sabor de boca nos montamos en un patinete por el lago que se convirtió en lo mejor de la jornada.
12. Vilnius
Tras devolver el coche de alquiler y con la pena de nuestro último día de viaje, deambulamos por las calles de Vilnius haciendo tiempo hasta que saliera nuestro avión a las 20:40. Pensar en la cantidad de horas de viaje que nos quedaban de avión y autobús, nos hacía querer congelar el tiempo y no regresar nunca más.
Trazamos la ruta en base a las distancias y a las ciudades que creímos merecía la pena visitar. Si tuviésemos que volver con lo que sabemos ahora, no lo hubiésemos organizado igual. Sigulda nos sorprendió, habríamos alargado el viaje allí un par de días más para hacer alguna caminata en la montaña, deportes de aventura y disfrutar de la naturaleza y los paisajes que tiene que ofrecer. Klaipeda nos decepcionó enormemente, gastar un día en ella es inútil y Palanga se podría haber visitado de pasada, sin hacer noche.
El problema que encontramos fueron las distancias tan enormes que separan todas las ciudades por carreteras nacionales. Únicamente existe autopista entre Klaipeda y Vilnius, las demás carreteras discurren en llanuras inmensas donde la velocidad está limitada a 90. Conducir en los países bálticos llega a ser desesperante por aburrimiento, así como un tanto peligroso. Los lituanos, acostumbrados a los adelantamientos temerarios casi te obligan a lanzarte al arcén para dejarlos pasar.